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29 de agosto de 2013

Instrucciones para triunfar en el oficio

Un cuento muy ilustrativo de Eduardo Galeano, para reflexionar:

Hace mil años, dijo el sultán de Persia:

-Qué rica.

Él nunca había probado la berenjena, y la estaba comiendo en rodajas aderezadas con jengibre y hierbas del Nilo.

Entonces el poeta de la corte exaltó a la berenjena, que da placer a la boca y en el lecho hace milagros, porque para las proezas del amor es más poderosa que el polvo de diente de tigre o el cuerno rallado de rinoceronte.

Un par de bocados después, el sultán dijo:

-Qué porquería.

Y entonces el poeta de la corte maldijo a la engañosa berenjena, que castiga la digestión, llena la cabeza de malos pensamientos y empuja a los hombres virtuosos al abismo del delirio y la locura.

-Recién llevaste a la berenjena al Paraíso, y ahora la estás echando al infierno –comentó un insidioso.

Y el poeta, que era un profeta de los medios masivos de comunicación, puso las cosas en su lugar:

-Yo soy cortesano del sultán. No soy cortesano de la berenjena.



Eduardo Galeano (Montevideo, Uruguay)

4 comentarios:

  1. Respuestas
    1. Disculpa Sara, tu mensaje había quedado en el tintero... de ahí que no lo contestara. Muchas gracias, efectivamente Galeano es uno de los grandes!!! Un abrazo.

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  2. Mi amado Galeano. Si fuera sultán me comería o despreciaría las berenjenas al mandato hipnótico de sus palabras sencillas y mágicas sin dudarlo.
    Tuve el honor de abrazarle en una feria del Libro en Madrid, y es un calor humano que aún no cesa.
    Otro abrazo

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    1. Qué maravilloso homenaje has realizado con tu comentario a este escritor y gran hombre. Gracias de nuevo y otro fuerte abrazo para ti.

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