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23 de enero de 2014

Váyanse a casa, aquí no hay nada que ver


Hace poco más de un año escribíamos sobre uno de los primeros libros editados por la editorial independiente cordobesa Bandaaparte Editores, cuya filosofía es publicar a quienes ellos llaman "no-escritores", es decir "creadores que proceden de otras disciplinas artísticas y que en algún momento canalizan sus inquietudes a través de la literatura".

Hoy dedicamos unas breves líneas a otro de sus libros, publicado recientemente dentro de su colección de narrativa.



Cubierta del libro (fotografía de Bandaàparte Editores)

Váyanse a casa, aquí no hay nada que ver está compuesto por cuatro relatos hilvanados a través de un narrador/personaje. La historia marco “Repartidor” nos presenta a un chaval de dieciocho años recién cumplidos que pasa el verano trabajando en un hotel. A partir de este relato, su protagonista, perdido entre la realidad y la invención, irá tejiendo los otros tres: “La elección de Talbot”, “Óscar” y “Como escamas de sardina”.

Las cuatro historias, bañadas de rojo, muestran los pasajes oscuros de unos personajes esencialmente desubicados que navegan en aguas furiosas. Sus actos parecen estar al servicio de vivencias, almacenadas en sus memorias, que en algún momento nublaron/quebraron sus mentes.

Los escenarios en los que transcurren los acontecimientos son cotidianos y fácilmente imaginables, aquel típico hotel costero, el patio de un colegio, merenderos, chiringuitos, una casa en la sierra… Y aunque no hay referencias geográficas concretas que nos permitan situarlos con exactitud intuimos que bien podrían estar inspirados en la Málaga natal del autor, Sergio Albarracín, conocido artísticamente como Elphomega y referente del hip hop nacional, quien además ha ilustrado este libro de relatos.


Sergio Albarracín leyendo un fragmento de su libro en Pequod Llibres, Barcelona

Por sus páginas pasean camuflados personajes de cómics, títulos de películas, de canciones, de artistas... toda una serie de referentes de la década de los ochenta, época a la que nos trasladan los cuentos.

En el vocabulario, respetando el decoro lingüístico de los personajes, se incluyen extranjerismos y términos propios del argot juvenil de la época. Todo ello enmarcado en una prosa sencilla, sin artilugios, en la que abundan los símiles, las imágenes, las incursiones del narrador e incluso fórmulas cercanas a las utilizadas en los textos de transmisión oral.


Presentación del libro en Pequod Llibres, Barcelona

Finalizamos nuestro post de la misma forma en que lo hicimos hace poco más de un año, facilitándoos el enlace a Bandaàparte Editores para quienes se quieran dar el gusto de tener en su biblioteca un ejemplar de las cuidadas ediciones que hacen.




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