Se estructura en
tres grandes bloques “Tiniebla”, “La puerta entornada” y “Ranura”, un Prefacio y una Coda. No resulta difícil intuir, por los
títulos de cada apartado, que su contenido responde a las distintas fases
emocionales experimentadas por el poeta/padre, que transmutan a medida que la
enfermedad de su hijo evoluciona favorablemente.
Así, en “Tiniebla”, nos imbuimos del sentir amargo de a quien repentinamente se le quiebra la vida. De la incapacidad de gozar de cuanto nos rodea si la muerte nos acecha. La conmoción queda retratada fielmente en varios poemas, sin embargo llama mi
atención “Tres formas de sobresalto”, un conjunto de tres haikus. Remito sucintamente al
comentario de Higginson y Harter sobre la intención inherente a este tipo de
composición «Cuando escribimos un haiku estamos diciendo: me resulta difícil
contarte cómo me siento. Si comparto contigo el suceso de lo sentido tal vez tú
seas capaz de sentir también algo parecido.». Chantal Maillard en su
conferencia “El poema como gesto” también afirma «Una gota de agua sobre una
hoja es infinita. Esa gota de agua en esta hoja, ahora, en este instante. Esa
es la experiencia del haiku.». Creo que no es arbitrario que el poeta haya recurrido a esta forma poética en esta composición. Jesús Montiel capta el instante de la conmoción a través de tres experiencias distintas. Tres instantes/experiencias que reflejan una única
emoción. Tres breves composiciones de tres versos, cada una. Tres. Número de
significativa simbología. El hombre/poeta de “Tiniebla” también recorre el
tiempo con amargura. Viaja del presente al pasado, rememorando los luminosos días
que quedaron atrás, y del presente a un futuro incierto, imaginando los que por legítimo
derecho deberían acontecer. Borrados, sin embargo, del horizonte por la amenaza
de la mujer de la guadaña, como en"Álbum" o "Feria ambulante". La voz lírica busca espejos en vidas ajenas donde poder ver reflejado su
mismo dolor. Lo hace con el personaje bíblico Job, en el poema en prosa que
lleva su nombre por título, o con el escritor Francisco Umbral, en “Equivalencias”,
quien como es sabido perdió a su hijo de 6 años a causa de una leucemia. No son estos, sin embargo, los únicos
ejemplos.
En la segunda parte
del libro el lugar común es la incertidumbre: “Seguro que la puerta mudará su
postura. / Se trata de esperar sencillamente / qué rumbo adoptarán las dormidas
bisagras.”. Pero la puerta se abre en el tercer apartado. Se amplía la "Ranura" por la que entra la luz. Un
conjunto de poemas optimistas, en los que despunta la esperanza. El sujeto recobra
el aliento y exhala un halito de felicidad. Como en la canción interpretada por
Frank Sinatra, de la que toma el título, en el poema “My way” la voz lírica se
recrea en su pasado, visualiza cómo se había imaginado que sería su vida años
atrás y se aferra al convencimiento de que se siente satisfecho de lo que es.
En este apartado encontramos de nuevo referencias a pasajes o personajes
bíblicos en los poemas “Maná”, “Lázaro” e “Isaac”, episodios todos con final feliz. El libro se concluye
con el precioso “Muñeco de nieve” como Coda, símil del futuro que esculpirá junto a su hijo y cuyos primeros versos rezan así:
La nieve que cayó esta madrugada
mudando el horizonte
parece sobre el mapa una promesa
o sal que cicatriza las heridas
del que mira su mágica nostalgia.
La nieve que cayó esta madrugada
mudando el horizonte
parece sobre el mapa una promesa
o sal que cicatriza las heridas
del que mira su mágica nostalgia.
La mayor parte
de las composiciones gozan de libertad métrica y estrófica (salvo la mencionada "Tres formas de sobresalto" y “Soneto
del que aguarda”), si bien predominan los versos endecasílabos. Símiles,
metáforas y brillantes imágenes salpican sus páginas. Abundan las referencias
temporales, especialmente en la primera parte del libro: “horas”, “estaciones”,
“relojes”, “primavera”, “invierno”, sin embargo la mayoría de veces se utilizan
para referirse a un tiempo detenido o incierto. También es recurrente la
terminología relacionada con la luz, una luz que se desdobla en significados.
La luz del sur, su tierra, que iluminaba su paisaje habitual y la luz de la
esperanza o la divina.
Como veis, se trata de un recorrido que nos lleva desde la desolación hasta el reencuentro con la fe. Una lírica creada con tanto intimismo como maestría.
“La puerta entornada” quedó finalista en el Premio Nacional de Poesía Adonáis 2013. En el 2015 lo publica la editorial Libros canto y cuento. Jesús Montiel ha sido galardonado con el Premio Nacional de Poesía de la Universidad Complutense (2011) por “Placer adámico”, con el Premio de Poesía Leopoldo de Luis (2012) por “Díptico otoñal”, con el Premio Internacional Alegría (2013) por “Insectario” y recientemente con el Premio Hiperión (2016) por “Memoria de pájaro".
“La puerta entornada” quedó finalista en el Premio Nacional de Poesía Adonáis 2013. En el 2015 lo publica la editorial Libros canto y cuento. Jesús Montiel ha sido galardonado con el Premio Nacional de Poesía de la Universidad Complutense (2011) por “Placer adámico”, con el Premio de Poesía Leopoldo de Luis (2012) por “Díptico otoñal”, con el Premio Internacional Alegría (2013) por “Insectario” y recientemente con el Premio Hiperión (2016) por “Memoria de pájaro".
Sigo leyéndote, de la misma forma y manera que cuando entré, ya hace tiempo, es esta, tu página.
ResponderEliminarSalut
No sabes cuánto agradezco verte por aquí. Todo un honor.
EliminarSalut
Entiendo la poesía como la manifestación de unos sentimientos en un tiempo determinado, provocados por causas que sólo el autor conoce, de ahí que algunos llegue a entenderlos y otros no. Aquí nos dices de entrada, qué motivaron estos versos y a donde nos quiere llevar el autor, lo cual es poco normal, casi nunca se da esa circunstancia, pues a menudo incluso se cambia la real inspiración de muchos autores. Recomendado por ti, sera de lectura obligada este poemario.
ResponderEliminarBesos.
Gracias por la confianza, Alfred. Estoy segura de que disfrutarás de su lectura.
EliminarBesos.
Que buen comentario, sabes que soy más de prosa pero aprendí que la poesía puede decir mucho con menos palabras y más sonoridad y en algunos momentos, uno siente que el autor refleja su estado de ánimo.
ResponderEliminarLo tendré en cuenta. Bss.
Gracias, Alondra. Un fuerte abrazo.
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