Por Jordi Rivera
En el insoportable estruendo de la noche silenciosa
tan solo acompañado por la nostalgia,
tu recuerdo rompe mi soledad bañada en luz de luna.
Fue entonces veneno de amor tomado en dorada copa
o inoculado por una rauda flecha.
Pero ahora, escucho en el lejano murmullo del río
deslizar sobre sus aguas mi cristalina melancolía.
Sopla un suave viento que parece llevar tu aroma
para siempre perdido
y mis ojos se abrasan al creer ver pasar tu sombra
transportada en las hojas del erguido roble.
En esta nueva noche solitaria
ojalá pudiera dormir y soñar tener alas
para volar tras las hojas del carvajo
y alcanzarte en la cima de la mas gallarda montaña
y así tener de nuevo el mundo a nuestros pies.
Mas éste hace ya tiempo que dejó de ser cumplido servidor
de mis anhelos soñados
y sé que apenas va a quedar memoria de mí
ni en la noche silenciosa
ni en el río de las aguas murmurantes
ni en el suave viento
ni en el roble de ligeras hojas
ni en la excelsa montaña
ni en ti.
Mi recuerdo extraviado en las infinitas sombras
de un amor fugitivo
y yo eternamente perdido
Lo que se escribe en poesía puede tener una buena carga sentimental ya que acostumbra a tener un tono más íntimo que una novela. Haber pasado por situaciones, ayuda a centrar más lo que quieres expresar.
ResponderEliminarPor cierto, tus poemas son francamente interesantes.
Jordi