Casi nadie que haya leído el cuento La caperucita roja se cuestiona por qué el lobo no se la come en el bosque en el momento en el que se encuentra con ella sino que espera hasta que llega a casa de la abuela.
"Los cuentos de hadas hablan a nuestro consciente y a nuestro subconsciente, por lo que no necesitan evitar las contradicciones, ya que éstas coexisten fácilmente en el subconsciente.", argumenta al respecto Bruno Bettelheim en Psicoanálisis de los cuentos de hadas.
Pero ¿por qué no lo hace cuando sería lo lógico?
Bettelheim opina que:
Bettelheim opina que:
En la versión del cuento de Perrault, la explicación parace bastante racional: el lobo lo hubiera hecho si no hubiese tenido miedo de algunos leñadores que merodeaban por los alrededores. Puesto que en la historia de Perrault el lobo es un seductor, es lógico que un hombre maduro tenga reparos en seducir a una muchacha ante los ojos de otros hombres. […] Las cosas son muy distintas en el cuento de los hermanos Grimm, en el que se nos da a entender que la voracidad excesiva del lobo explica el aplazamiento de su satisfacción oral. […] A distinto nivel de interpretación, se podría decir que el lobo no se come a Caperucita inmediatamente después de encontrarla en el camino porque quiere acostarse antes con ella: un encuentro de tipo sexual tiene que preceder al acto de "devorarla". […]
Marjolaine Leray en su cuento Un petit chapeon rouge (publicado en castellano por Océano Travesía) nos ilustra, mediante la astucia de su singular caperucita, con una explicación mucho más simple y divertida (no puede hacerlo). Pero no os voy a contar de qué se trata, os invito a que dediquéis unos minutos a leer esta breve y exquisita versión del cuento popular.
¡Que lo disfrutéis!
Te cuento que yo leí Caperucita en Manhattan de Carmen Martín Gaite, adapta la historia a la sociedad en que vivimos, habla de los peligros a los que debemos hacer frente cuando nos iniciamos en la vida adulta. Estamos solas ante los impulsos, ante las decisiones y los temores...
ResponderEliminarCreo que esa es la moraleja que debemos añadir cuando contemos el cuento :)
Saludos afectuosos
Conozco "Caperucita en Manhatan" de Carmen Martín Gaite, de hecho es una de las novelas que utilizaba, hace años, en mis clases de ELE con mis alumnos. Como dices, Gaite hace una adaptación fabulosa. En el caso de Leray, también adapta el cuento a la sociedad de hoy pero a través de la astucia de la protagonista. Un saludo, Alondra.
EliminarLo leeré... Me interesa. Gracias por las sugerencias. No sé si conoces, hablando de la interpretación de los cuentos, el libro de Clarissa Pinkola, Mujeres que corren con los lobos... te lo recomiendo. Un libro extraordinario. Un abrazo y feliz día.
ResponderEliminarMuchas gracias por la recomendación, Julie. Sin lugar a dudas me haré con ese libro, me interesa mucho la literatura infantil. Un abrazo fuerte y bienvenida.
EliminarNo sé dónde leí que cuentos como Caperucita, Hansel y Gretel, por ejemplo, enmascaran la terrible verdad: los niños eran agredidos por sus padres, eran violados y asesinados. El cuento cumplía una acción preventiva y, en todo caso, a través de las metáforas y el simbolismo, los niños accedian a esa realidad con la que tenían que lidiar y aprender a protegerse. No creo que sea una interpretación descabellada, el mundo es una amenaza para los indefensos y débiles.
ResponderEliminarLo leeré otra vez.
Eso parece Amaltea, yo también he leído que los cuentos son eminentemente simbólicos y que en "querer decir otra cosa de lo que se dice" consiste su función ocultadora y reveladora a la vez.
EliminarGracias por la sugerencia. Voy apuntando todo lo que vas recordando a mi olvido o descubriendo a mi futuro recuerdo que está ahí.
ResponderEliminarInteresante análisis, por supuesto que lo leeré, me has dejado intrigada.
A mi, cuando lo leí por primera vez, lo único que me sorprendía era que el lobo hablase...siempre he sido bastante simple :).
Gracias por tus consejos!!!
Un abrazo
Lo cierto es que cuando leí el texto de Bruno Bettelheim no dejó de sorprenderme su análisis, otros autores que se basan en el psicoanálisis para analizar textos literarios se acercan a su teoría y de ahí que lo haya reproducido. Sin embargo, el cuento de Leray (mi entusiasmo me lleva a recomendar todo aquello que me gusta) ofrece una solución humorísticamente distinta y muy ocurrente, siempre en el sobreentendido de que quien lo lea conoce la versión "clásica" de Caperucita. Me gusta la manera en la que a través de unas pocas frases y unas ilustraciones sencillas lo ha conseguido. Un abrazo.
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