Páginas

22 de enero de 2015

Puntos suspensivos...


La poesía huye, a veces, de los libros para anidar extramuros en la calle, en el silencio, en los sueños, en la piel, en los escombros, incluso en la basura.


Lo peor del amor, cuando termina,
son las habitaciones ventiladas,
el solo de pijamas con sordina,
la adrenalina en camas separadas.

Lo malo del después son los despojos
que embalsaman los pájaros del sueño,
los teléfonos que hablan con los ojos,
el sístole sin diástole ni dueño.

Lo más ingrato es encalar la casa,
remendar las virtudes veniales,
condenar a galeras los archivos.

Lo atroz de la pasión es cuando pasa,
cuando, al punto final de los finales,
no le siguen dos puntos suspensivos.

"Lo peor del amor" Joaquín Sabina









5 de enero de 2015

Selene y Endimión





En una noche mágica, como la de hoy, Selene (la luna) paseaba con su carruaje por el cielo y su luz penetró en la gruta donde reposaba Endimión. La diosa, juguetona y curiosa, descendió desde el cielo, se adentró en la cueva, lo miró y la sonrisa dormida que vio en aquel rostro la cautivó. Se acercó más, lo respiró y osó besar sus pétalos de miel consiguiendo que el tibio roce de sus labios despertara al muchacho. Noche clara de luna llena...

Selene subió al Olimpo y suplicó a Zeus que concediera un deseo a su amado, ruego ante el que el gran dios accedió. El pastor, temeroso de hacerse viejo ante su eterna diosa, deseó poder dormir un sueño perpetuo del que solo despertaría para recibir a Selene.

Desde entonces, la luna visita a su amante dormido cada noche.

¡Feliz noche de Reyes con luna llena!