Le basta oír “es hora de dormir” para irse a la cama. Ya ni siquiera recurre a la zalamería con la que conseguía alargar sus juegos. Nada es como antes, ahora todo sabe a limón. Como cada noche, mira ensimismado la cara de su madre congelada en el papel mientras el eco “tenemos que ser fuertes” retumba persistente en sus oídos. Cuando el padre entra por sorpresa en la habitación lo encuentra aún despierto: ¿no tienes sueño? El niño, imitando los gestos de él, se traga el sollozo mudo y niega con la cabeza. El padre se acerca para arroparlo y repara en lo que semioculta bajo las sábanas. Las miradas nubladas se cruzan. El silencio se ensancha. ¿Te ha vuelto a entrar polvo en los ojos, papá?, logra balbucear al fin. Sí, miente.
* * *
Esta es mi pequeña colaboración en el nº 38 de la revista "Narrativas" (Pág. 86). Desde aquí les hago llegar mi agradecimiento.
Un texto triste pero hermoso, eRRe. ELLA permanece en sus corazones a pesar de su partida. ELLA es amor.
ResponderEliminarQue tengas un lindo fin de semana
Fina
Gracias Fina. Yo también espero que hayas tenido un bonito fin de semana.
EliminarUn abrazo.
¿ Has escrito algo más además de colaborar ?
ResponderEliminar¿ Tienes algo impreso ?
¿ Te has autoeditado ?
¿ Escribes sólo por red o en papel ?
Házmelo saber
Un abrazo
Hola Miquel, si te parece pásame tu correo y te contesto en privado. Puedes enviármelo a erre@blogerre.com
EliminarUn abrazo.
Hay lágrimas latentes.
ResponderEliminarUn abrazo.
Pero negadas.
EliminarUn abrazo Rafael.
Creo que las lágrimas vertidas delante de una persona constituye uno de los actos más íntimos que se pueden compartir.
ResponderEliminarEs un microrelato, es una ficción, es literatura, pero es como es la realidad, cuando falta una madre, cuando falta un ser querido y que nos quiere: "Nada es como antes..."·
ResponderEliminarUn saludo.
Hay ausencias que resulta muy difícil cubrir.
EliminarUn saludo.
Ois! Precioso, Rita. Ese polvo cítrico que nubla los sentidos ha logrado conmoverme... también la mentira piadosa que vence a la ausencia.
ResponderEliminarEndavant! Petonets.-
Que te haya conmovido es un puntazo, me halaga. Gracias Krust.
EliminarPetonets!
Pues muy bien tirado, bravo
ResponderEliminarGracias Jordim.
EliminarHermoso cuento, Rita, compartir las ausencias acerca aun más a los seres queridos...
ResponderEliminarUn abrazo
Lo más importante es no ocultar la herida sino compartirla, como dices.
EliminarUn fuerte abrazo María.
es precioso, sobre todo el "ahora todo sabe a limón". te insto desde aquí a alargar más tus textos, tú puedes, serán el doble de buenos. un beso
ResponderEliminarGracias Alex, un beso!
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